Alemania: IV Reich -- Peligro mortal para los obreros
Alemania fue un campo de batalla clave en los acontecimientos que llevaron a la destrucción de la URSS. La tendencia espartaquista libró una dura batalla para detener la contrarrevolución y lanzar una verdadera alternativa trotskista.
Espartaquistas luchan contra una reunificación capitalista
De Spartacist Español, Numero 23, Mayo de 1990
Los resultados de las elecciones del 18 de marzo en la República Democrática Alemana (RDA-Alemania Oriental), un voto arrollador para los partidos derechistas que promueven una veloz reunificación capitalista, representan una amenaza mortal contra la clase obrera, las mujeres y los jóvenes de la RDA. Los banqueros y patrones de Alemania Occidental quieren arrasar con todas las conquistas sociales de la RDA – un estado obrero deformado construido sobre los escombros del III Reich de Hitler. Ellos buscan explotar a la población como una reserva laboral a bajo sueldo para el capital occidental e incorporar a la RDA como punto de arranque para su Drang nach Osten (ofensiva hacia el Oriente) cuya finalidad es reconquistar a esa sexta parte del planeta que le fue arrebatada al mercado capitalista mediante la Revolución Bolchevique de 1917.
No será tan fácil. Los logros del estado obrero de Alemania Oriental – propiedad colectivizada y economía planificada incluyendo subsidios a la vivienda, guarderías infantiles, educación, empleo para todos – no pueden ser destruidos por boletas electorales. Muchos que votaron por el engaño de la prosperidad capitalista resistirán a un IV Reich que amenaza hacer añicos su estructura de vida. Muchas batallas defensivas quedan por delante. Lo que es necesario es construir un partido leninista-igualitario con la autoridad para movilizar la fuerza de la clase obrera de la RDA en las fábricas y en las calles para defender las conquistas de su estado contra la restauración capitalista que significa el desempleo, el desmantelamiento de los servicios sociales y el resurgimiento del racismo nazi.
El voto reflejó una falsa conciencia extensa e ilusiones en la fraudulenta promesa de riqueza ofrecida por los partidos capitalistas germanooccidentales en lustrosos folletos de campaña y personal pagado en divisas. También reflejó la profunda desorientación y desmoralización de una población que derribó al régimen corrupto y burocrático de Honecker en octubre, pero a la cual le fue negado el tiempo para cuestionar, debatir y construir una genuina alternativa socialista igualitaria antes de sufrir un ataque relámpago en una concertada campaña de desestabilización económica y política por el Occidente. Especialmente en vista de los esfuerzos aparentemente ilimitados de Gorbachov por conciliar al imperialismo (por ejemplo, retirando las tropas soviéticas de Afganistán, retirando a los cubanos de Angola, étc.) y su introducción a la Unión Soviética de desigualdades y reformas orientadas al mercado, muchos pusieron sus esperanzas en el Occidente y no el Oriente.
Una revolución a medias
La revolución política en Alemania Oriental explotó con la fuerza de un volcán que se suponía inactivo. Erich Honecker había presidido sobre uno de los regímenes estalinistas más anquilosados del planeta. En agosto pasado, éste comenzó a quebrarse bajo el impacto de sucesos en Europa Oriental que revelaron que, a diferencia de la supresión de la rebelión de los obreros húngaros en 1956 o la "Primavera de Praga" en 1968, esta vez el Ejército Rojo soviético no sería utilizado para apoyar a regímenes locales por la fuerza. Una severa dislocación económica fue producida por la emigración masiva, principalmente de gente educada y calificada, a través de Hungría a Alemania Occidental. El éxodo fue un proceso de selección propia. Millones se quedaron para luchar por un socialismo genuino, reflejado en banderas con consignas tales como: "¡Por los ideales comunistas! ¡Abajo los privilegios!" Masivas manifestaciones populares, concentradas en Leipzig, crecían de una semana a otra y el 7 de noviembre el gobierno de la RDA renunció en bloque. Las restricciones a viajes al Occidente fueron eliminadas con la apertura del Muro de Berlín (lo cual también redujo el éxodo).}
Una "Mesa Redonda" fue incorporada al gobierno como cuerpo de asesores, incluyendo no sólo al partido estalinista en proceso de rápida putrefacción sino también a la derechista Democracia Cristiana, socialdemócratas, grupos disidentes como el Nuevo Foro y la Izquierda Unida. La odiada Stasi (policía secreta) fue disuelta. La RDA estaba en medio de una revolución política total: las masas rechazaban la legitimidad de sus gobernantes y los burócratas ya no podían gobernar como antes. Los primeros meses de la revolución se distinguieron por una palpable euforia de las masas y un espíritu de investigación de nuevas ideas y alternativas, pero, y esto es crucial, con muy poca participación organizada por
parte de la clase obrera.
Al mismo tiempo, la burguesía de Alemania Occidental empezó a movilizarse con todo su peso en todos los frentes políticos y económicos para desmantelar y absorber a la RDA. Fue una concertada campaña de desestabilización, similar a la manera en que los imperialistas estadounidenses estrangularon a Chile bajo Allende. Las elecciones para el Volkskammer (parlamento de la RDA) programadas para el 6 de mayo fueron adelantadas al 18 de marzo. Joint ventures (empresas conjuntas) y el desmantelamiento financiero de industrias de propiedad estatal empezaron antes de que la población siquiera pudiera votar en este distorsionado plebiscito sobre la reunificación.
Nuestros camaradas del Partido Obrero Espartaquista de Alemania (Spartakist-Arbeiterpartei Deutschlands – SpAD) lucharon como la única oposición clara y consecuente a una reunificación capitalista de Alemania. Nuestra lucha no fue electorera. Nuestros candidatos en Berlín, Halle, Leipzig y Rostock (que recibieron 2.396 votos en esos distritos, un 0,07 por ciento) participaron en estas elecciones con un programa de lucha que hoy deben hacer suyo los obreros combativos por toda la RDA. La alternativa está claramente planteada: luchar por una Alemania de consejos obreros para reemplazar a las corruptas burocracias nacionalistas estalinistas, o ser devorados por los imperialistas que proponen un terrible empobrecimiento y explotación de los obreros de Alemania Oriental y más allá.
Décadas de traición estalinista
¿Porqué estuvo tan inactiva la clase obrera durante los sucesos dramáticos de estos meses? Contrariamente a los argumentos de la prensa capitalista, el SED (el partido estalinista) no era la propiedad de una pequeña élite, sino un partido de masas abarcando a gran parte de la clase obrera. Los obreros se sintieron profundamente traicionados al ser revelada la corrupción y mala administración de sus líderes. Estaban molestos, con razón, por los centros vacacionales reservados para los jefes del partido, sus flotillas de automóviles privados y sus piscinas. Sin embargo, estos privilegios son risibles en comparación con los grotescos extremos de riqueza y pobreza que caracterizan la vida en el "mundo libre". En Nueva York, la capital financiera del imperialismo estadounidense, los pocos ricos habitan la deslumbrante Torre Trump mientras la gente sin techo se arrima en busca de calor a las rejas de escape de aire caliente en las calles. El repudio expresado por los trabajadores de la RDA hacia los privilegios de la burocracia da testimonio de una profunda convicción igualitaria en su conciencia social.
La RDA es un estado obrero deformado, donde a pesar de una economía planificada y propiedad colectivizada, a los obreros se les ha sido negado políticamente el control directo y democrático de su sociedad ejercido mediante el dominio de sus consejos obreros elegidos por ellos mismos. Una casta burocrática reinaba sobre ellos y hacía burla del comunismo. Cincuenta años de estalinismo disgregó a la clase obrera y dejó poca experiencia colectiva de lucha política independiente. Después de la muerte de Stalin en 1953 una serie de revoluciones políticas se extendieron por toda Europa Oriental; el levantamiento del 17 de junio de 1953 en la RDA fue la primera rebelión de masas obreras contra el estalinismo. La acción de los obreros por el poder político en la RDA y en Hungría y Polonia en 1956 fue brutalmente aplastada por los regímenes estalinistas.
Desde el principio de la revolución política en la RDA el octubre pasado, los obreros han tenido que confrontar cada vez más la contradicción entre su posición nominal y su posición real en la sociedad. Nominalmente, son la clase dominante; la RDA se denomina estado obrero y ellos creen que las fábricas les pertenecen. Pero las experiencias diarias les indican, correctamente, que la burocracia estaba actuando a sus espaldas, haciendo negocios contra ellos. Sabían quiénes querían comprar sus fábricas, ¿pero quién demonios las quería vender y con qué autoridad?
Treptow: El cambio de rumbo
A principios de enero los fascistas cometieron una enorme provocación antisoviética y profanación racista del monumento a los caídos en el Parque Treptow donde están sepultados 5.000 soldados soviéticos que murieron liberando Berlín. Los trotskistas iniciamos un llamado a una protesta de frente unido centrada en el proletariado para ponerle alto a los nazis. Los estalinistas inicialmente se opusieron a nuestro llamado porque estaban tan fuera de contacto con la clase obrera y le tenían tanto miedo que no creyeron que los obreros responderían. Cuando nuestro volante era distribuido en las fábricas por todo Berlín, entonces los estalinistas se sumaron y actuaron para tomar control de la demostración. Pero en el nuevo clima político, con los jefes del partido tropezándose uno sobre otro para desconocer al "estalinismo", la movilización retuvo su caracter de frente unido, presentando oradores antifascistas de Berlín Oriental y Occidental incluyendo a trotskistas.
Un cuarto de millón de personas salió el 3 de enero para demostrar su furia y determinación a parar a los nazis y para expresar solidaridad con los soldados soviéticos en la RDA. Esto horrorizó a los gobernantes de Alemania Occidental y a los socialdemócratas que pintan a las 370.000 tropas soviéticas como un ejército extranjero de "ocupación". Los trotskistas, manteniendo nuestras propias banderas, debatimos ante la multitud el futuro camino de la RDA mientras los estalinistas, algunos haciendo la mayor bulla posible, descubrieron que ya no podían manipular toda la opinión pública expresada. Los socialdemócratas, de quienes nosotros advertimos que eran el "Caballo de Troya de la contrarrevolución capitalista", y la burguesía de Alemania Occidental, rojos de cólera, acosaron al SED por asociarse con los trotskistas. Siguiendo el ejemplo de Goebbels y su "Gran Mentira", gritaron que el mismo SED había manchado el monumento en Treptow como pretexto para restablecer a la Stasi. En franco retroceso ante la campaña capitalista de amenazas e intimidación, el SED en desintegración claudicó ante la burguesía y sus lacayos socialdemócratas.
Con el nuevo nombre de "Partido del Socialismo Democrático" (PDS) el ex SED aceptó y fomentó la perspectiva de "unidad" con los explotadores capitalistas. Conforme el PDS abandonaba el campo político, los banqueros de la RFA y los socialdemócratas se apresuraron a llenar el vacío con una avalancha de marcos germanooccidentales y palazos. Inundando a los ciudadanos de la RDA con mentiras de que la economía estaba al borde de la ruina, sabotearon la economía y luego trataron de convertir el pánico en votos, prometiendo la salvación financiera mediante la restauración capitalista. Las manifestaciones de cada lunes en Leipzig se convirtieron en demostraciones proreunificación rodeadas por fascistas. Jóvenes antifascistas con banderas de la RDA en oposición a la reunificación fueron salvajemente golpeados por socialdemócratas frente a un mitin en Neubrandenburgo. Este es el clima en el cual se suponía que la gente iba a expresar "libremente" su voluntad en las elecciones.
"La toma financiera más grande del mundo"
En un artículo de franqueza inusitada, el New York Times (15 de marzo) describió la precipitación hacia la unificación antes de las elecciones:
"Compañías de Alemania Occidental han anunciado tantos negocios recientemente que algunos han apodado a la reunificación alemana 'la toma financiera más grande del mundo'.
"En privado, algunos ejecutivos dicen que otra razón para el apuro por anunciar contratos es que las inversiones y la perspectiva de prosperidad deberían significar menos votos para los descendientes de los comunistas.
"El jefe de la Volkswagen dijo acerca de su gran empresa conjunta en Alemania Oriental, 'Vemos esto como un proyecto de autos a escala europea, con Polonia, Hungría y Checoslovaquia a la vuelta de la esquina'."
Hay una palabra para esto, Anschluss (anexión). Hitler se lo hizo a Austria en 1938. Cuando Hitler se dio cuenta que los obreros austriacos y hasta los clerical-fascistas austriacos no iban a votar a favor de la anexión a Alemania, el ejército alemán entró antes de que se llevara a cabo el plebiscito. Y hoy no sólo es Alemania que está en la mira. Los polacos, que sufrieron terriblemente bajo Hitler, están preocupados de que dentro de poco los tanques de un IV Reich rueden sobre su frontera occidental, el Oder-Neisse. De hecho, Kohl anhela ser el primer "Reichskanzler" desde Adolf Hitler. ¡La jefatura de sus demócrata-cristianos en Bonn está adornada por un mapa de Alemania expandida a sus fronteras de 1937! El gobierno antisocialista y abiertamente contrarrevolucionario de Solidarnosé en Polonia, al contrario de los demás regímenes de Europa Oriental, ahora ¡está ansioso por que el Ejército Rojo se quede, dada la alternativa!
Las consecuencias políticas, económicas y sociales del Anschluss serían devastadoras. La economía ya está siendo deliberadamente saboteada para que el Occidente pueda comprar las fábricas a precios más baratos. En la fábrica Bergmann-Borsig en Berlín Este, los trabajadores comenzaron a llegar con bolsas de dormir y naipes porque no había trabajo debido a una repentina escasez de repuestos. En Erfurt, seis guarderías infantiles fueron cerradas, lo que significa que las mujeres no pueden ir a trabajar. Hasta han eliminado los almuerzos para los niños en las escuelas. El costo de la vivienda subirá a las nubes y algunos trabajadores no tendrán la suerte de tener un techo sobre sus cabezas. Una ley de "reprivatización" (palabra sofisticada para el robo de la propiedad del pueblo) aprobada por el Volkskammer les permitirá a los antiguos dueños capitalistas recobrar su propiedad. El Partido Obrero Espartaquista organizó una manifestación, esencialmente desatendida, frente al Volkskammer para protestar la ley de reprivatización mientras el proyecto era debatido. Toralf Endruweit, joven miembro del SpAD y candidato en las elecciones, se dirigió así a los manifestantes:
"Estamos aquí para decir que no pennitiremos que nos roben nuestra propiedad. Estamos aquí para decir que no permitiremos que destruyan nuestras conquistas sociales. ¿Quién eligió a estas damas y caballeros del Volkskammer para que regalen nuestras empresas, nuestras granjas colectivas?
¡Nosotros no! ¿A quién representan? ¡A nosotros no! Estos son los mismos burócratas que al servicio del estalinismo nos expropiaron el poder político. Ahora están al servicio de los capitalistas que quieren expropiar nuestra riqueza social...
"Nuestra propiedad debe estar bajo nuestro control, el control de consejos de obreros y soldados, elegidos democráticamente para servir a los trabajadores... Tenemos que mantenernos firmes contra los lacayos socialdemócratas del capitalismo, el SPD. Tenemos que luchar contra la influencia desmoralizante del PDS. Un gran voto por el 'no' a los partidos de 'Alemania patria unida' el 18 de marzo frenará la campaña imperialista de desestabilización y siembra de pánico. Un voto por el SpAD es un voto claro y resonante de no a la reunificación capitalista."
Mientras tanto, el PDS y sus colegas de izquierdas en el Volkskammer montaron un frente popular de fantasía – su idea fue de aprobar nuevas leyes para preservar todos los programas sociales decentes y maravillosos de la RDA en un estado capitalista reunificado. Ya quisieran. Una reunificación capitalista significa ser devorado por una clase dominante revanchista que quiere explotar sin misericordia a la clase obrera altamente calificada de la RDA, y convertir a esos obreros en una subclase que pueda ser utilizada como garrote contra los obreros del Occidente. A la vez, la lucha obrera es inhibida porque los trabajadores de Alemania Oriental todavía no han visto a sus nuevos amos. Y los nuevos amos aún no han decidido cuáles empresas destruir y cuáles mantener y dónde van a reconstruir.
Luchas ya han ocurrido donde y cuando los trabajadores se han dado cuenta de lo que les espera. En un sitio de construcción de Berlín Este, los trabajadores se enteraron de una empresa conjunta planeada que reduciría la fuerza laboral de 6.500 en su Kombinat a sólo unos cuantos centenares. La noticia se propagó como incendio y estalló una pequeña rebelión. Decidieron entrar en huelga a menos que los directores del Kombinat cancelaran el contrato. Una resolución fue adoptada y llevada al Generaldirektor: "Es un escándalo que el director de nuestro Kombinat haya siquiera considerado un contrato tan idiota. Durante muchos años nuestro director de Kombinat fue sólo un sirviente del estado, y ahora trata a nuestro Kombinat como si fuera su propiedad privada." El contrato fracasó.
En la planta eléctrica EAW en Berlín han habido huelgas de advertencia por obreros contra amenazas de despidos que en primera instancia amenazan a trabajadores extranjeros, como a los muchos vietnamitas que deben trabajar o ser deportados. El Partido Obrero Espartaquista ha hecho un esfuerzo especial para llegar a los obreros vietnamitas, polacos y cubanos en la RDA, presentándoles saludos en sus propios idiomas. Quizás la actividad más popular para los nuevos miembros del SpAD fue distribuir saludos de solidaridad en ruso a los soldados y oficiales soviéticos en un esfuerzo por llevar la política trotskista y el programa de la revolución política a estas tropas en la RDA – 370.000 de los cuales son la línea frontal de defensa contra la OTAN.
Luchamos para unir a la clase obrera de toda Europa Oriental – tanto de Alemania Oriental como Occidental, nativa e inmigrante, incluyendo a vietnamitas, turcos y otros trabajadores "huéspedes", en Europa Oriental y la URSS – alrededor de un programa de lucha de clases e internacionalismo revolucionario ya que el destino de todos estos proletarios es inseparable. Por toda Europa Oriental y la Unión Soviética la pregunta es: "¿qué clase dominará?" Una Gran Alemania capitalista desataría fuerzas oscuras que ya están practicando su demagogia en las tavernas. Serviría de trampolín para la movilización imperialista contra la Unión Soviética. Una unión revolucionaria de obreros y soldados alemanes y soviéticos no sólo sería una barrera contra los planes de los revanchistas de la OTAN sino también una base poderosa para la economía planificada internacional. Una economía planificada sana requiere la democracia obrera – el debate apasionado entre los partidos en los consejos obreros acerca de todos los problemas políticos y económicos urgentes del día.
¡Por revolución política proletaria contra el estalinismo!
El año pasado los presumidos sabios de la clase dominante norteamericana anunciaron "el fin de la historia". Afirmaron un triunfo eterno para la "democracia" y la "muerte del comunismo". Obreros, ¡cuidado!: la Primera Guerra Mundial empezó también cuando el capitalismo parecía estar en la cúspide de sus poderes y el parlamentarismo burgués parecía un régimen "eterno". Ahora que los estados obreros deformados parecen estar al borde del saqueo, la competición por los despojos entre las principales potencias imperialistas aumenta enormemente el peligro de nuevas guerras. Lo que estamos presenciando no es la "muerte del comunismo" sino la agonía y desmantelamiento de las burocracias estalinistas por toda Europa Oriental y la Unión Soviética. Desde 1924, cuando Stalin encabezó una contrarrevolución política burocrática en la URSS codificada en su "teoría" del "socialismo en un solo país", el estalinismo ha sido la antítesis del leninismo y del combate por la lucha revolucionaria de la clase obrera sobre una base internacional contra sus explotadores.
Hace más de 50 años, Trotsky analizó las profundas contradicciones sociales y económicas del estalinismo, y predijo su desintegración. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Trotsky hizo notar que las condiciones objetivas para una revolución socialista no sólo estaban maduras, sino que se estaban pudriendo, pero lo que hacía falta era una genuina y reconocida dirección revolucionaria a la cabeza del proletariado. Esa agudísima contradicción es aun más cierta hoy día. Una vez más en este siglo, Alemania está en el centro de la lucha por la revolución o la contrarrevolución. La Liga Comunista Internacional y el Partido Obrero Espartaquista continuaremos nuestro trabajo en Alemania – Occidental y Oriental, y puntos al Este. Nuestra tarea es construir un partido arraigado en la clase obrera para luchar por el poder estatal. ¡Por el comunismo de Lenin, Luxemburg y Liebknecht! ¡Retomar al camino de Lenin y Trotsky!
Qué quieren los espartaquistas
Esta declaración fue publicada por la Trotzkistische Liga Deutschlands en Arbeiterpressekorrespondenz (Arprekorr) No. 1 y sirvió de base en la formación de los Spartakist-Gruppen en la RDA. La TLD y miembros activos de los SG fundaron el Spartakist-Arbeiterpartei Deutschlands (Partido Obrero Espartaquista de Alemania) en enero de 1990
La Trotzkistische Liga Deutschlands, sección de la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista), se basa en la tradición marxista revolucionaria de Lenin, Luxemburg y Liebknecht. Luchamos por el programa y los ideales comunistas de la Revolución Bolchevique que durante décadas han sido pervertidos y traicionados por el estalinismo.
Desde octubre de 1917, el capitalismo ha buscado aplastar los logros histórico-mundiales de la Revolución Rusa. La burocracia estalinista surgió y se nutrió de las derrotas del proletariado, particularmente la derrota de la revolución alemana. El dogma de Stalin de "socialismo en un solo país" es una mentira nacionalista y antisocialista que busca la conciliación con el imperialismo. Con este fin, la burocracia socava las luchas revolucionarias a escala internacional y, en el plano nacional, arrebata el poder político a la clase obrera.
Fiel al programa de los primeros años de la Internacional Comunista, el trotskismo lucha por la revolución socialista mundial. Llamamos por la revolución política proletaria y el gobierno de consejos obreros, para reemplazar a las corruptas y parásitas burocracias estalinistas que ponen en peligro los fundamentos socialistas de los estados obreros. Defendemos las conquistas históricas de la clase obrera, logradas con el derrocamiento del capitalismo – ¡Defendemos a la Unión Soviética contra el imperialismo y la contrarrevolución interna!
La enorme presión económica y política del capitalismo occidental busca una contrarrevolución sangrienta en Europa Oriental, con la complicidad de los socialdemócratas – herederos de los asesinos de Luxemburg y Liebknecht. Los
trotskistas nos oponemos a una reunificación capitalista de Alemania. ¡No a una república del Deutsche Bank! El poder de los consejos obreros en la RDA inspiraría a los obreros de Alemania Occidental – ¡Por una Alemania roja de consejos obreros en unos Estados Unidos Socialistas de Europa!
En tanto internacionalistas proletarios, apoyamos todas las luchas antiimperialistas por la liberación de los trabajadores y los oprimidos, desde El Salvador hasta Sudáfrica. Saludamos a los heroicos defensores de Jalalabad en Afganistán contra los asesinos de la CIA.
Hay que combatir al racismo y al chauvinismo, dondequiera que aparezcan. ¡Por frentes unidos obreros para aplastar a los fascistas! ¡Plenos derechos de ciudadanía para todos los obreros extranjeros!
Luchamos por una economía planificada y socializada, libre del parasitismo burocrático, la arbitrariedad y la autarquía nacional estalinistas. La dirección global de la economía y de la sociedad debe ser decidida mediante la democracia de consejos obreros. Comités de fábrica deben supervisar la producción. Cooperativas de consumidores, elegidas democráticamente, deben supervisar la calidad y los precios de los productos.
Hoy en día, la cuestión planteada a quemarropa es qué clase gobernará, la burguesía o el proletariado. Lo que está en juego es el destino de la RDA y de todas las conquistas sociales que representa. Coincidimos firmemente con aquellos militantes y ex militantes recientes del SED estalinista, así como con muchos otros que buscan construir un mundo socialista, quienes juran que no les permitirían a los herederos de Hitler expropiar aquello que el trabajo de los obreros ha construido de la ruinas.
La clave es forjar un partido leninista-igualitario, reagrupando las fuerzas revolucionarias internacionalistas en una sección alemana de una IV Internacional renacida. Hay que comenzar: construyamos Spartakist-Gruppen [Grupos Espartaquistas] para asimilar las lecciones de las luchas revolucionarias del pasado, para intervenir con propaganda revolucionaria, para forjar un nuevo KPD [Partido Comunista de Alemania] – un partido comunista de vanguardia de masas, que dirigirá a los obreros alemanes en sus luchas en el camino al poder.
¡Aprender de Lenin y Trotsky es aprender a vencer!